30 de diciembre de 2011

Relato Cuántico 50

Cuando resucitó descubrió que nadie lo recordaba. Vivió deprimido por toda la eternidad.

3 comentarios:

  1. Por un momento he pensado en Jesucristo y he pensado: "¡Qué jodido!". También he pensado en la soledad de los actuales peces de ciudad que resollamos por las esquinas. Este cuento tiene lo que muchos otros microrrelatos tuyos: ese punto humorístico, cruel y poético. No es algo fácil de hacer.

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  2. Gracias. Pero no te creas, por aquí, por el pueblo, también hay peces agonizantes bajo los algarrobos...

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  3. Jaja, ya... el síndrome de la ciudad es tan grande que tuvo que mudarse a otras poblaciones.

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